Glosario
Aquí tienes más información de la terminología menos conocida de nuestro campo. Si hay algún otro concepto que no conozcas, contáctanos sin compromiso e intentaremos arrojar luz al respecto.
Atención Temprana
La atención temprana se refiere a un conjunto de intervenciones dirigidas a niños pequeños, desde su nacimiento hasta los 6 años de edad aproximadamente, que presentan trastornos en su desarrollo o riesgo de padecerlos. Este enfoque interdisciplinario busca minimizar y prevenir las dificultades que puedan afectar el desarrollo infantil en diversas áreas, como la motricidad, el lenguaje, la cognición, y la socialización, mediante la promoción, la atención, y el seguimiento adecuados.
El objetivo principal de la atención temprana es aprovechar la notable plasticidad del cerebro en los primeros años de vida, periodo durante el cual tiene una mayor capacidad para aprender y adaptarse. De esta manera, se busca ofrecer a cada niño las mejores oportunidades de desarrollo posible, fomentando un entorno que responda a sus necesidades individuales.
Las intervenciones de atención temprana pueden incluir terapias específicas (como logopedia, fisioterapia, y terapia ocupacional), programas educativos y de apoyo, y asesoramiento a las familias. Estas intervenciones son llevadas a cabo por equipos multidisciplinarios que trabajan conjuntamente con los padres o cuidadores, quienes juegan un papel crucial en el proceso.
En esencia, la atención temprana no solo se centra en el niño, sino también en su entorno familiar y social, buscando una visión integral que promueva el desarrollo saludable y armónico del niño en todos los aspectos de su vida.
TEA
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición del desarrollo neurológico que afecta cómo una persona percibe el mundo, interactúa con otras personas y se comunica. Se llama «espectro» porque la condición abarca una amplia gama de síntomas y habilidades, los cuales pueden variar significativamente en cada individuo. Las personas con TEA pueden tener dificultades en áreas como la comunicación verbal y no verbal, las interacciones sociales, y pueden mostrar comportamientos repetitivos o intereses muy focalizados.
Los síntomas del TEA suelen manifestarse en los primeros años de vida, generalmente antes de los tres años. Aunque las causas exactas del trastorno son desconocidas, la investigación sugiere que la genética juega un papel importante, y factores ambientales pueden contribuir también. No existe una «cura» para el TEA, pero una intervención temprana y terapias adecuadas pueden mejorar significativamente el desarrollo y la calidad de vida de las personas afectadas.
El tratamiento para el TEA es altamente individualizado, basándose en las necesidades específicas de cada persona y puede incluir terapias conductuales, de comunicación, educativas y de habilidades sociales, así como el apoyo para las familias. La inclusión y el apoyo adecuado en la educación y la comunidad son fundamentales para permitir que las personas con TEA alcancen su máximo potencial.
Trastornos del lenguaje
Los trastornos del lenguaje pueden afectar la capacidad de una persona para comunicarse efectivamente, impactando en cómo esta entiende, procesa y produce el lenguaje hablado y escrito. Existen diversos tipos de trastornos del lenguaje, cada uno con características particulares. Aquí se describen algunos de los principales:
1. Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL)
Anteriormente conocido como trastorno específico del lenguaje (TEL), afecta la adquisición y el desarrollo del lenguaje en niños que no presentan otras discapacidades intelectuales, auditivas o neurológicas. Puede impactar en la comprensión (lenguaje receptivo) y/o en la expresión (lenguaje expresivo).
2. Afasia
Se refiere a los trastornos del lenguaje adquiridos, generalmente como resultado de una lesión cerebral, como puede ser un accidente cerebrovascular. Afecta la capacidad de una persona para comunicarse, incluyendo hablar, entender, leer y escribir. Hay diferentes tipos de afasia, dependiendo de la zona del cerebro afectada.
3. Trastorno de la Fluidez del Habla Iniciado en la Infancia (Tartamudez)
Es uno de los trastornos de fluidez más conocidos, caracterizado por interrupciones involuntarias en el flujo del habla, como bloqueos, repeticiones de sonidos, sílabas o palabras, y prolongaciones de sonidos.
4. Trastorno Fonológico
Este trastorno implica dificultades en el aprendizaje y uso de los patrones de sonido del lenguaje, lo que puede hacer que el habla del niño sea difícil de entender. Los niños con trastorno fonológico pueden tener problemas para pronunciar las palabras correctamente según lo esperado para su edad.
5. Disartria
Es un trastorno del habla motor que resulta de una lesión cerebral, enfermedad neurológica o condiciones que causan debilidad muscular. Afecta la pronunciación, la fluidez, la intensidad y la calidad de la voz, haciendo que el habla sea lenta, débil, imprecisa o tensa.
6. Apraxia del Habla
Es un trastorno motor del habla en el que hay dificultad para planificar y coordinar los movimientos necesarios para formar sonidos y palabras correctamente, a pesar de no haber debilidad muscular. La apraxia del habla puede ser adquirida (debido a una lesión cerebral) o del desarrollo (presente desde el nacimiento).
Estos trastornos pueden presentarse de forma aislada o en combinación con otros problemas, como dificultades de aprendizaje o trastornos del espectro autista. La evaluación e intervención tempranas por parte de especialistas en logopedia son cruciales para mejorar las habilidades de comunicación de aquellos con trastornos del lenguaje.
Intervención en conducta
La intervención en conducta se refiere a un conjunto de estrategias y técnicas basadas en principios de la psicología conductual y del análisis del comportamiento aplicado (ABA, por sus siglas en inglés) destinadas a modificar comportamientos socialmente significativos. Estas intervenciones se utilizan para aumentar comportamientos positivos, enseñar nuevas habilidades, mantener comportamientos deseables, reducir y prevenir comportamientos indeseados o problemáticos, y generalmente mejorar la calidad de vida del individuo y de quienes lo rodean.
La intervención en conducta es ampliamente utilizada en varios contextos, incluyendo el tratamiento de trastornos del espectro autista (TEA), trastornos conductuales, discapacidades intelectuales, y otros desafíos relacionados con la salud mental y el aprendizaje. Estas intervenciones pueden ser implementadas en diferentes entornos, como en el hogar, las escuelas, centros de tratamiento, y la comunidad.
Componentes Clave de la Intervención en Conducta:
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Evaluación Conductual: Antes de implementar cualquier intervención, se realiza una evaluación exhaustiva para identificar las funciones específicas de los comportamientos objetivo (por ejemplo, si un comportamiento sirve para obtener atención, escapar de demandas, etc.). Esto incluye observaciones directas, entrevistas, y a veces, evaluaciones formales.
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Planes de Intervención Individualizados: Basándose en la evaluación, se desarrolla un plan de intervención personalizado que aborda las necesidades únicas del individuo. Este plan especifica los objetivos conductuales, las estrategias de intervención, y los métodos de evaluación y seguimiento.
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Enseñanza de Nuevas Habilidades: Muchas intervenciones conductuales se centran en enseñar habilidades alternativas o más adaptativas que pueden reemplazar comportamientos problemáticos o mejorar la independencia y la interacción social.
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Modificación de Consecuencias: Las técnicas de intervención a menudo implican cambiar las consecuencias asociadas con un comportamiento. Esto puede incluir reforzar los comportamientos deseados (mediante el refuerzo positivo) y disminuir los refuerzos para los comportamientos no deseados.
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Entrenamiento y Apoyo a Cuidadores: La capacitación de padres, maestros y otros cuidadores es un componente crucial de la intervención en conducta, asegurando que las estrategias de intervención se implementen de manera consistente y efectiva en todos los entornos del individuo.
La intervención en conducta es una disciplina basada en la evidencia, lo que significa que sus métodos y prácticas se han desarrollado y refinado a través de la investigación científica. Su objetivo es no solo mejorar comportamientos específicos sino también apoyar el desarrollo de una vida más funcional y satisfactoria para las personas a las que se dirige.
Terapia Miofuncional
La terapia miofuncional, también conocida como terapia orofacial o terapia de reeducación muscular orofacial, es un tipo de terapia que se centra en corregir los patrones de movimiento anormales de los músculos de la cara y la boca. Estos patrones inadecuados pueden afectar diversas funciones, incluyendo la respiración, la masticación, la deglución, el habla, y a veces incluso la postura y el desarrollo orofacial. La terapia miofuncional se utiliza para mejorar el tono muscular, la coordinación, y la fuerza de los músculos orofaciales, promoviendo así un funcionamiento óptimo.
Objetivos de la Terapia Miofuncional
La terapia miofuncional tiene varios objetivos clave, entre ellos:
- Corregir Hábitos Orales Inadecuados: Esto puede incluir succión del dedo, uso prolongado del biberón o chupete, mordedura de labios, y otros comportamientos que pueden interferir con el desarrollo normal de los músculos orofaciales y la alineación dental.
- Mejorar la Respiración Nasal: Enseñar a los pacientes a respirar por la nariz en lugar de por la boca, lo cual es esencial para una correcta oxigenación y salud general.
- Optimizar la Deglución y la Masticación: Ayudar a los pacientes a desarrollar patrones normales de deglución y masticación, lo que puede tener un impacto positivo en la digestión y la salud oral.
- Facilitar una Correcta Articulación de los Sonidos del Habla: Corrigiendo los patrones de movimiento muscular anormales que pueden afectar la claridad del habla.
- Promover el Desarrollo Orofacial Adecuado: Ayudar en el crecimiento y desarrollo saludable de las estructuras orofaciales, lo cual puede reducir la necesidad de tratamientos ortodóncicos o cirugías en el futuro.
¿Cómo Funciona la Terapia Miofuncional?
La terapia miofuncional generalmente incluye una serie de ejercicios específicos que se diseñan para fortalecer, tonificar, y mejorar la coordinación de los músculos orofaciales. Estos ejercicios pueden enfocarse en la lengua, los labios, las mejillas, y la mandíbula, y se personalizan según las necesidades individuales de cada paciente. Además de los ejercicios, la terapia puede incluir técnicas de modificación del comportamiento para eliminar hábitos orales inadecuados y promover patrones saludables de respiración y deglución.
Aplicaciones de la Terapia Miofuncional
La terapia miofuncional se puede aplicar a una variedad de condiciones y edades, desde niños pequeños hasta adultos. Es especialmente útil para personas que tienen trastornos del habla, maloclusiones dentales relacionadas con hábitos orales, trastornos de la deglución, apnea del sueño, y otras condiciones que implican disfunción de los músculos orofaciales.
Al trabajar estrechamente con un terapeuta especializado en terapia miofuncional, los pacientes pueden lograr mejoras significativas en su salud y calidad de vida, mejorando funciones críticas para el bienestar diario y la comunicación efectiva.
Problemas de articulación
Los problemas de articulación, o trastornos articulatorios, se refieren a dificultades en la producción de sonidos del habla. Estos problemas pueden variar desde dificultades leves, afectando solo unos pocos sonidos, hasta problemas más severos que impactan la inteligibilidad del habla del individuo. Aquí se describen algunos de los principales problemas de articulación:
1. Distorsiones
Las distorsiones ocurren cuando un sonido se produce de manera inexacta. Por ejemplo, el sonido /s/ en «sol» puede ser pronunciado con un siseo o silbido, conocido como sigmatismo. Aunque el sonido es reconocible, no se produce de manera típica.
2. Sustituciones
Este problema ocurre cuando un sonido se sustituye por otro en la pronunciación de una palabra. Por ejemplo, un niño puede decir «tate» en lugar de «gate», sustituyendo el sonido /g/ por /t/. Las sustituciones son comunes en el habla infantil, pero se consideran un problema cuando persisten más allá de la edad en que la mayoría de los niños ya han desarrollado una articulación correcta.
3. Omisiones
Las omisiones se dan cuando un sonido específico se deja fuera de una palabra. Por ejemplo, pronunciar «peo» en lugar de «pero». Las omisiones pueden afectar significativamente la inteligibilidad del habla, especialmente si ocurren frecuentemente y en varios tipos de palabras.
4. Adiciones
Las adiciones involucran la inserción de un sonido extra dentro de una palabra. Aunque son menos comunes que otros tipos de errores articulatorios, pueden complicar el habla y hacerla más difícil de entender. Por ejemplo, decir «animalo» en lugar de «animal».
5. Trastorno Fonológico
Aunque no es un problema de articulación per se, los trastornos fonológicos a menudo se mencionan en el mismo contexto porque afectan la manera en que los sonidos del habla se organizan en la mente del hablante. Los niños con trastornos fonológicos pueden tener dificultades para aprender las reglas de cómo se usan los sonidos en su idioma, lo que puede resultar en patrones de error consistentes que afectan múltiples sonidos.
Intervención y Tratamiento
Los problemas de articulación son comúnmente tratados por logopedas o patólogos del habla y lenguaje, quienes utilizan una variedad de técnicas y ejercicios para ayudar a los individuos a mejorar su pronunciación. El tratamiento generalmente incluye ejercicios de articulación diseñados para enseñar la producción correcta de los sonidos afectados, fortalecer los músculos del habla, mejorar la coordinación motora oral, y aumentar la conciencia auditiva de los sonidos del habla.
El éxito del tratamiento puede variar dependiendo de varios factores, incluyendo la edad del individuo, la severidad del problema, la consistencia de la terapia, y la participación activa del paciente y su familia en el proceso terapéutico. Con intervención temprana y apropiada, muchos individuos pueden superar o mejorar significativamente sus problemas de articulación.
Deglución atípica
La deglución atípica es un patrón de deglución inadecuado o anormal que se diferencia del proceso típico de tragar. Mientras que en una deglución normal la lengua empuja el alimento hacia atrás en la boca contra el paladar y luego hacia la garganta, en la deglución atípica se observan patrones diferentes, como el empuje lingual. Este último ocurre cuando la lengua se presiona contra los dientes frontales o se mueve hacia adelante o hacia los lados durante la deglución, en lugar de posicionar adecuadamente contra el paladar.
Características y Causas
Las características de la deglución atípica pueden incluir:
- Empuje lingual: La lengua se empuja contra los dientes delanteros o se coloca entre ellos al tragar.
- Uso inadecuado de los músculos faciales: Puede haber una mayor actividad muscular alrededor de la boca y los labios durante la deglución.
- Respiración bucal: A menudo, se asocia con la respiración por la boca en lugar de por la nariz.
Las causas de la deglución atípica pueden ser variadas y, en muchos casos, se desarrolla desde la infancia. Algunos factores incluyen:
- Hábitos prolongados: Como el uso del biberón, chupete, succión del dedo, o morderse los labios, más allá de la edad apropiada.
- Alergias crónicas o problemas nasales: Que conducen a la respiración bucal.
- Anomalías estructurales: Como un frenillo lingual corto (anquiloglosia) o problemas dentales y mandibulares.
- Retrasos en el desarrollo o problemas neurológicos: Que afectan el control muscular.
Impacto en la Salud
La deglución atípica no solo afecta la eficiencia de la deglución sino que también puede tener implicaciones a largo plazo, como:
- Problemas dentales y ortodónticos: El empuje lingual constante puede provocar maloclusiones o afectar la alineación de los dientes, lo que puede requerir tratamiento ortodóntico.
- Dificultades de alimentación: Puede haber problemas para manejar ciertas texturas o tipos de alimentos.
- Problemas del habla: Algunos patrones de deglución atípica pueden influir en la articulación de sonidos específicos.
Tratamiento
El tratamiento de la deglución atípica generalmente implica un enfoque multidisciplinario que puede incluir la colaboración de logopedas, ortodoncistas, otorrinolaringólogos, y otros especialistas según las necesidades individuales. El objetivo es corregir el patrón de deglución atípica, mejorar los hábitos de respiración, y abordar cualquier problema subyacente. Esto puede lograrse a través de terapia miofuncional, ejercicios específicos para fortalecer y reeducar los músculos implicados en la deglución, y estrategias para modificar hábitos inadecuados.
La intervención temprana es crucial para prevenir o minimizar las complicaciones a largo plazo asociadas con la deglución atípica. Con el tratamiento adecuado, muchas personas logran desarrollar patrones de deglución normales y mejorar su calidad de vida.
Trastornos de aprendizaje
Los trastornos del aprendizaje son problemas neurológicos que afectan la capacidad de una persona para recibir, procesar, almacenar, responder a y comunicar información. Aunque estos trastornos pueden afectar a cualquier persona, suelen ser diagnosticados en la infancia y continúan afectando al individuo a lo largo de su vida. Estos trastornos no están relacionados con la inteligencia del individuo, sino con cómo el cerebro procesa la información. Aquí se describen algunos de los principales trastornos del aprendizaje:
1. Dislexia
Es uno de los trastornos del aprendizaje más conocidos y se relaciona con dificultades en la lectura. Los individuos con dislexia pueden tener problemas para reconocer palabras, deletrear, y entender el material que leen. La dislexia afecta la forma en que el cerebro procesa los lenguajes escritos y hablados.
2. Disgrafía
Este trastorno afecta la escritura. Los individuos con disgrafía pueden tener dificultades con la ortografía, la gramática, la estructuración de oraciones y la organización de sus ideas en papel. La disgrafía también puede manifestarse en la caligrafía, resultando en texto ilegible o en una escritura extremadamente lenta.
3. Discalculia
La discalculia se relaciona con dificultades en las matemáticas. Las personas con este trastorno pueden tener problemas para comprender conceptos matemáticos básicos, realizar operaciones aritméticas, trabajar con números, y aplicar matemáticas en situaciones de la vida cotidiana.
4. Trastornos del Procesamiento Auditivo Central (TPAC)
Los individuos con TPAC tienen dificultades para procesar la información que escuchan. A pesar de tener una audición normal, les resulta complicado distinguir entre sonidos similares, entender el habla en ambientes ruidosos, y recordar información auditiva.
5. Trastornos del Procesamiento Visual
Estos trastornos afectan la capacidad de entender y procesar la información visual. No se relacionan con la agudeza visual, sino con cómo el cerebro interpreta y da sentido a lo que ve. Pueden manifestarse en problemas para leer mapas, distinguir entre figuras y fondos, y seguir secuencias visuales.
6. Trastorno del Aprendizaje No Verbal (TANV)
El TANV implica dificultades con las habilidades motoras, la coordinación, la comprensión de conceptos matemáticos complejos, la percepción espacial, y las habilidades sociales. A menudo, las personas con TANV tienen habilidades verbales fuertes, pero luchan con las no verbales.
Diagnóstico y Tratamiento
El diagnóstico de los trastornos del aprendizaje generalmente implica una combinación de evaluaciones psicoeducativas, observaciones clínicas, y, en algunos casos, pruebas neurológicas. Aunque no existe una «cura» para los trastornos del aprendizaje, un enfoque multidisciplinario para el tratamiento puede ayudar a las personas a desarrollar estrategias para compensar y manejar sus dificultades. Este enfoque puede incluir terapia educativa especializada, apoyo psicológico, y, en algunos casos, medicación para tratar trastornos coexistentes como el TDAH. La intervención temprana es clave para ayudar a los individuos a alcanzar su máximo potencial.
Disfonías
La disfonía es un término médico que se refiere a cualquier dificultad o alteración en la producción vocal que afecta la capacidad de hablar con normalidad. Se caracteriza por cambios en el tono, la intensidad o la calidad de la voz, que pueden manifestarse como ronquera, aspereza, soplo, tensión, o fatiga vocal. Estos cambios pueden deberse a una variedad de causas, que van desde el uso excesivo o inadecuado de la voz hasta condiciones médicas más serias.
Tipos de Disfonía
La disfonía puede clasificarse en dos categorías principales:
1. Disfonía Funcional
Se produce sin una causa orgánica subyacente evidente. Está relacionada con el uso inadecuado o excesivo de la voz, como hablar en un tono muy alto o muy bajo, o el uso prolongado de la voz sin descanso adecuado. También puede ser causada por estrés o tensiones emocionales que afectan la musculatura involucrada en la fonación.
2. Disfonía Orgánica
Resulta de una anomalía o lesión en los órganos del habla, como nódulos, pólipos, quistes en las cuerdas vocales, o condiciones médicas como laringitis, parálisis de las cuerdas vocales, o cáncer de laringe. Las enfermedades sistémicas, como las alteraciones hormonales o el reflujo gastroesofágico, también pueden causar disfonía orgánica.
Síntomas
Los síntomas de la disfonía varían pero pueden incluir:
- Cambios en la calidad de la voz (ronquera, aspereza)
- Variaciones en el tono (voz demasiado aguda o grave)
- Dificultades para mantener un volumen adecuado
- Sensación de tensión o dolor al hablar
- Fatiga vocal con uso mínimo de la voz
- Necesidad de esforzarse para producir sonidos vocales
Diagnóstico y Tratamiento
El diagnóstico de la disfonía generalmente implica una evaluación completa de la voz y las cuerdas vocales, que puede incluir una laringoscopia para observar la dinámica de las cuerdas vocales durante la fonación. Dependiendo de la causa subyacente, el tratamiento puede variar ampliamente. Para la disfonía funcional, a menudo se recomiendan terapias de voz que incluyen técnicas de modulación vocal, ejercicios de relajación y respiración. En casos de disfonía orgánica, el tratamiento puede requerir intervenciones médicas o quirúrgicas, dependiendo de la naturaleza específica de la anomalía o lesión.
La prevención juega un papel clave en el manejo de la disfonía, especialmente para aquellas personas cuyas profesiones dependen en gran medida del uso de la voz. Mantener una buena higiene vocal, evitar el abuso o mal uso de la voz, y buscar evaluación y tratamiento tempranos son esenciales para preservar la salud vocal.
TDAH
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurológica que afecta a niños y adultos. Se caracteriza principalmente por dificultades en mantener la atención, hiperactividad y comportamientos impulsivos que son más frecuentes y severos que en otras personas de la misma edad. Estos síntomas pueden causar problemas significativos en la escuela, el trabajo, o en las relaciones interpersonales.
Síntomas
Los síntomas del TDAH se dividen generalmente en dos categorías: problemas de inatención y problemas de hiperactividad/impulsividad.
- Inatención: Dificultad para mantener el foco, seguir instrucciones detalladas, organizarse, y completar tareas o actividades laborales.
- Hiperactividad/Impulsividad: Moverse constantemente, hablar excesivamente, interrumpir a los demás, actuar sin mucha reflexión y tener dificultades para esperar su turno.
Causas
Aunque la causa exacta del TDAH no se conoce completamente, se cree que factores genéticos juegan un papel importante. La investigación también ha identificado posibles factores de riesgo, como exposición a toxinas durante el embarazo, bajo peso al nacer, y lesiones cerebrales. No hay evidencia que respalde que la crianza o factores sociales causen TDAH, aunque pueden influir en la severidad de los síntomas.
Diagnóstico
El diagnóstico del TDAH se basa en criterios específicos descritos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Generalmente, se requiere que los síntomas sean evidentes antes de los 12 años, presentes en más de un entorno (como en casa y en la escuela), y que interfieran significativamente con el funcionamiento social, académico o laboral. El proceso diagnóstico incluye entrevistas, y posiblemente la utilización de escalas o cuestionarios, y un examen físico para descartar otras causas de los síntomas.
Tratamiento
El tratamiento del TDAH puede incluir medicación, terapias conductuales, o una combinación de ambas. La medicación, especialmente los estimulantes, ha demostrado ser efectiva en reducir los síntomas de inatención y hiperactividad. Las terapias conductuales pueden ayudar a mejorar la conducta, las habilidades sociales y las habilidades de afrontamiento. El apoyo educativo y las adaptaciones en el entorno escolar o laboral también son importantes para manejar el TDAH.
Perspectiva
Con un diagnóstico temprano y un plan de tratamiento adecuado, muchas personas con TDAH pueden gestionar exitosamente sus síntomas. Aunque el TDAH es una condición de por vida, las estrategias para mejorar la organización, la atención y el manejo de la impulsividad pueden ayudar a las personas con TDAH a llevar vidas productivas y satisfactorias.
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